El arte de la artesanía: Tiffanie Turner

Nos introducimos en el estudio de una artista de San Francisco que transforma el papel crepé en obras florales únicas

De dos a cuatro meses.

Este es el tiempo que tarda Tiffanie Turner -Papel SF- en crear sus espectaculares y delicadas flores de papel. The New York Times y Vogue se han hecho eco de su arte y, además, cuenta con más de 50 000 seguidores de Instagram.

No son las típicas flores de tarjeta de felicitación. Turner representa la fragilidad y la mortalidad de las flores en descomposición. Todas sus obras están confeccionadas en exclusiva con papel crepé, para darles una calidad etérea e hiperreal que evoca la naturaleza cíclica de la vida misma. La artista inspira su obra en su propia experiencia de envejecimiento y observando cómo otras personas atraviesan este mismo proceso. «Intentaba plasmar eso en mi trabajo», dice Turner. «No solo con flores que se marchitaban, sino también con condiciones irregulares, como la fasciación de los crisantemos, flores con dos corolas en lugar de una».

Pero las flores no fueron el primer tema que ocupó su creación. «Crecí entre bosques [en Wolfeboro, New Hampshire], pero no éramos una familia especialmente interesada por las flores», explica. Mientras cursaba arquitectura, descubrió las acuarelas florales de Charles Rennie Mackintosh, que destaparon su interés por la representación de flores, por aquel entonces como pintora. Turner estuvo pintando flores como pasatiempo hasta que un acontecimiento importante de la vida alteró sus prioridades. «En el 2000 sufrí una ruptura sentimental que me afectó profundamente y la pintura llenó todo mi tiempo libre». Se acostaba temprano y se levantaba a las 2 de la madrugada para pintar antes de ir a trabajar.

Después de casarse y tener hijos, empezó a participar en eventos para aficionados en San Francisco. En una ocasión, tuvo que confeccionar un tocado con una corona de flores. Fue en este proyecto cuando descubrió un papel crepé italiano que le enganchó. «Pasó de ser una actividad diaria a convertirse en una forma de arte y en una pasión», explica.

Para crear una pieza, Turner comienza con una idea y un ejemplar de la propia flor. «La mayoría de las veces empiezo por el centro de la pieza y construyo hacia fuera, cortando y dando forma a cada pétalo a mano», explica. Aunque el resultado final es en color, el papel que utiliza tiene un color neutro. A veces, antes de cortar los pétalos, Turner tiñe el papel con té o acuarela y, a continuación, utiliza cola caliente para unir todas las piezas. El resultado final tiene dos tamaños, un ejemplar a escala real y otro que Turner llama «gigante», de 66 a 168 cm de diámetro. «Una flor de tamaño medio no transmite ni tiene el mismo efecto que una con miles de pétalos», dice. «Mi formación como arquitecta me ha ayudado a ingeniármelas para salir de algunas configuraciones muy confusas y, por suerte, mi galería me proporciona maravillosos manipuladores de obras de arte que saben exactamente cómo mover mi obra».

Su obra se ha expuesto en exposiciones individuales en varias galerías de San Francisco y en otras exposiciones colectivas por todo el país. Turner también imparte talleres en todo el mundo, y los aspirantes a artistas del papel pueden adquirir su libro: The Fine Art of Paper Flowers (El arte de las flores de papel).

«La mayoría de las personas que descubren las flores de papel, quedan atrapadas por este arte», afirma. «Hay personas que han pasado por una situación traumática o han estado realizando terapia, y esta es la práctica que utilizan para superarlo». No hace falta decir que el impacto de sus creaciones no se marchitará enseguida.

Paul L. Underwood es un escritor afincado en Austin, Texas, donde vive con su mujer y sus dos hijos.
  • Cortesía de Tiffanie Turner
  • Cortesía de Shaun Roberts